Si Harris gana… si Trump gana: así pueden cambiar Estados Unidos y el mundo
Este martes 5 de noviembre se celebrarán más que solo unas elecciones presidenciales. Los estadounidenses decidirán entre dos visiones muy distintas para su país y para el resto del mundo: una que podría asemejarse a un régimen autoritario, o una que seguiría siendo una democracia, aunque con sus imperfecciones y divisiones.
Por un lado, Donald Trump, quien aspira a ser un líder autoritario, amenaza a sus rivales políticos con acciones judiciales y el uso del ejército, busca desmantelar la Administración pública y ha sido descrito como “fascista” por miembros de su propio gabinete durante su primer mandato y por destacados estudiosos del fascismo, comunismo y nazismo, como Anne Applebaum y Robert Paxton. Por el otro lado, Kamala Harris intenta representar una nueva era, alejándose de la polarización cultural y política de la última década, y plantea una política continuista en gasto público y relaciones internacionales, incluyendo voces más diversas en la toma de decisiones, tanto dentro como fuera del país.
Hoy en día, en casi cualquier carretera o ciudad de Estados Unidos, hay obras en marcha, muchas de ellas financiadas por uno de los programas de gasto público más ambiciosos desde la posguerra, impulsado por la Administración de Biden. “Biden ha aprobado más programas nacionales nuevos que cualquier otro presidente desde Lyndon Johnson, o quizás desde Franklin Roosevelt”, escribe Nick Lemann en el New Yorker, quien además destaca que Biden ha sido el primer presidente en tratar al gobierno como arquitecto y árbitro de los mercados, en lugar de corregir los excesos después de que hayan ocurrido.
Harris propone continuar con estos planes de gasto público y otorgarle un papel central al Estado, similar a la socialdemocracia europea. Entre sus medidas de cobertura sanitaria, propone un mayor apoyo a quienes cuidan de familiares enfermos o personas mayores y también aboga por políticas defendidas durante años por la izquierda de su partido, como la expansión de las ayudas al cuidado infantil.
Tal como ha sugerido la Administración actual, Harris planea aumentar los impuestos a los más ricos para recaudar 4,5 billones de euros más en la próxima década mediante aumentos de impuestos a quienes ganen más de 370.000 euros al año, así como a las grandes fortunas y corporaciones. También propone supervisar los acuerdos de precios entre grandes cadenas de supermercados y otros productos básicos.
Inmigración
Harris promete continuar con las deportaciones en la frontera y apoya un plan republicano que mantiene como delito el ingreso no autorizado a Estados Unidos. Sin embargo, también plantea nuevos caminos para obtener la ciudadanía, especialmente para quienes han residido durante años en el país sin permiso.
La opinión pública, incluso dentro de la izquierda, ha adoptado una postura más crítica hacia la inmigración en los últimos años. En consecuencia, el mensaje de los demócratas ha cambiado. Según una encuesta de Gallup, el 55% de la población quiere reducir la cantidad de inmigrantes en el país, el porcentaje más alto desde 2001. Sin embargo, la mayoría apoya la creación de un camino a la ciudadanía para aquellos que, aunque hayan llegado ilegalmente, llevan años viviendo en el país.
Derechos reproductivos
Harris es la candidata presidencial que ha hablado más explícitamente sobre la protección del derecho al aborto y otros derechos reproductivos de las mujeres. Sin embargo, su capacidad para proteger estos derechos como presidenta sería limitada si el Congreso estuviera parcial o completamente en manos de los republicanos.
Para restablecer el derecho al aborto en todo el país, sería necesaria una ley federal que anulase la sentencia del Tribunal Supremo que lo revocó, establecida desde la sentencia Roe v. Wade de 1973.
“La Administración demócrata no tiene una varita mágica para restaurar el derecho constitucional al aborto; debe aprobarse por el Congreso”, explicó a elDiario.es Lisa Lerer, periodista del New York Times y autora del libro de referencia sobre el movimiento conservador detrás de la revocación de la sentencia, The Fall of Roe. Además, cualquier intento de nombrar jueces del Tribunal Supremo podría enfrentar una gran resistencia en el Congreso, dada la creciente oposición de los republicanos.
Ucrania y la OTAN
El 19 de febrero de 2022, cuatro días después de la invasión a gran escala de Ucrania, Harris estaba en Múnich en la conferencia de seguridad anual, donde se reunió con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Le advirtió que Vladímir Putin estaba a punto de invadir Ucrania y le recordó los riesgos de su vida.
Dos años después, también en Múnich, Harris se reunió con Yulia Navalnaya para expresar sus condolencias por el asesinato de su esposo en una cárcel siberiana.
Si Harris gana, se espera que continúe el apoyo a Ucrania y a los aliados europeos que podrían estar en riesgo ante las ambiciones expansionistas de Rusia. A diferencia de su oponente, Harris no cuestiona la existencia de la OTAN ni la alianza con la UE.
Guerra de Gaza y Oriente Próximo
Una de las diferencias significativas con Biden sería el cambio en el equipo que ha intentado, sin éxito, negociar un alto el fuego en Gaza y contener el conflicto para evitar que se extienda a otros lugares, como el Líbano o Irán.
Después de la congelación de cualquier intento debido a la proximidad de las elecciones, una nueva Administración tendría la oportunidad de presionar al gobierno de Benjamin Netanyahu. En una reciente entrevista, Harris evitó describir al primer ministro como un aliado y enfatizó que la alianza principal de Estados Unidos es con “el pueblo israelí”.
Economía
Trump ha dado pocos detalles de políticas específicas más allá de los recortes de impuestos y la imposición de aranceles a los bienes fabricados fuera de Estados Unidos.
Actualmente sugiere imponer un arancel extra del 20% para cualquier bien o servicio importado, lo que afectaría particularmente a socios como la UE y encarecería los precios para los consumidores estadounidenses.
Inmigración
Trump ha prometido deportar a millones de personas y usaría una ley de 1798 que permite detener y limitar la libertad de expresión de cualquier extranjero, independientemente de su estatus. Además, amenaza con eliminar el derecho a la ciudadanía para quienes nazcan en Estados Unidos.
Trump ha propuesto prohibir la entrada a ciudadanos de países de mayoría musulmana y ha sugerido restablecer estas medidas si vuelve al poder, como lo hizo en su primer mandato.
Derechos reproductivos
En su primer mandato, Trump eligió a tres jueces conservadores para el Tribunal Supremo que revocaron la protección nacional del derecho al aborto. Esto ha permitido que los estados con mayoría republicana impongan restricciones en este derecho y en el acceso a anticonceptivos y tratamientos de fertilidad.
Ucrania y la OTAN
Trump ha expresado su admiración por líderes autoritarios como Putin, Viktor Orbán y Kim Jong-un. Desde su derrota en 2020, ha mantenido comunicación con Putin y sus aliados republicanos sugieren que pondría fin a la guerra en Ucrania en 24 horas, aceptando las condiciones de Putin.
Trump ha insistido en que los aliados deben aumentar su presupuesto militar y ha insinuado que Estados Unidos podría retirarse de la OTAN, lo que podría dejar a Europa en una situación vulnerable frente a Rusia.