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Sumar da un giro radical»: Díaz acepta la «igualdad» con sus socios e IU propone cambiar la marca ya

Sumar da un giro radical»: Díaz acepta la «igualdad» con sus socios e IU propone cambiar la marca ya

La presión de los socios de Yolanda Díaz está llevando a Sumar hacia un cambio drástico. Tanto es así que incluso se está considerando cambiar el nombre de la coalición para buscar una nueva marca. Sin embargo, esto es solo una parte mínima de lo que Izquierda Unida ha descrito como «darle la vuelta como un calcetín». Esto significa dar un giro completo en la manera de tomar decisiones. En otras palabras, que Díaz pierda el monopolio del control político y que a partir de ahora el socio minoritario del Gobierno sea más «plural» y «democrático» en su funcionamiento interno, permitiendo que todos los partidos participen y tengan voz y voto en las decisiones en una relación de «igualdad».

En realidad, este debate se remonta a mucho antes de la crisis abierta con la salida de Íñigo Errejón. Pero es cierto que la situación actual y la necesidad de reestructurar el grupo del Congreso han abierto la puerta a abordar cambios más profundos que han sido postergados desde los días posteriores a las elecciones europeas, cuando los partidos se rebelaron contra el statu quo de Sumar y exigieron a Díaz una mayor «horizontalidad».

Es bastante significativo que IU haya titulado «El momento es ahora» el documento de su dirección federal, en el que detalla sus demandas y propuestas para esta «catarsis». La idea es transformar Sumar en una «mesa de partidos» con una fórmula de coordinación que garantice un método de decisión democrático, compartido y plurinacional. Esto implica asegurar «que aquellas cuestiones trascendentales y de carácter político (portavocía, nombre del grupo, priorización de los debates y su visibilización, o la gestión política y comunicativa de los grandes temas de país) recaigan en la mesa de partidos».

«Deberá reunirse al menos una vez al mes para garantizar la necesaria coordinación, dotándose de un método y reactivando o creando, en su caso, equipos de comunicación plurales», concluye el comunicado.

Esta demanda, apoyada por otros partidos como Más Madrid o Compromís, ayuda a entender mejor el acuerdo alcanzado ayer por las diferentes fuerzas de la coalición. Fuentes oficiales de Sumar indicaron que se ha acordado «la constitución de un espacio de coordinación con un método y calendario de trabajo en el que todas las fuerzas participen en igualdad de condiciones». Este último punto es muy importante para calmar los ánimos.

Fuentes del grupo parlamentario explican que esta transformación será más rápida de lo que parece y que no habrá más dilaciones como en otras ocasiones. El resultado, subrayan, es que Sumar será «más plural» y que el «peso político» recaerá en las fuerzas que lo componen, siendo «partícipes» y teniendo «capacidad de voto» en el funcionamiento general. Hasta ahora esto no sucedía y había fricciones no solo por las portavocías, sino también con la línea política, la distribución de temas o los asuntos prioritarios, ya fuera de cara a la opinión pública o para el debate en el Congreso.

Asegurar esta transformación de Sumar es lo que retrasó el martes el anuncio de la nueva portavoz parlamentaria -Verónica Martínez Barbero-, que finalmente se oficializó ayer, quedando aún pendientes otros asuntos de la reestructuración, como las portavocías adjuntas, actualmente en manos de Comunes, Compromís y Chunta, o la distribución de las comisiones.

Sin embargo, ha surgido otro asunto de repente. IU reclama enterrar la marca Sumar y buscar otra. Su justificación es que el nombre del grupo parlamentario y el de la organización Movimiento Sumar -el partido creado por Díaz- «no pueden ser el mismo». «En la confusión del todo con la parte tenemos un problema político. Es por ello que debemos cambiar el nombre del espacio común».

Por ahora, esta solicitud solo la ha hecho IU. Fuentes de Sumar afirman que ni siquiera se ha planteado internamente, solo en el comunicado. En todo caso, el debate sobre la marca, que otros partidos tenían en mente para las próximas elecciones, se adelanta. IU no es el único que se siente incómodo por la «confusión» entre Sumar y el partido de Díaz. Para el futuro, se asume que el cambio de nombre sería necesario si se lograra una alianza con Podemos