Una factura de 120.000€ y un ajuste de 46 millones: la intrahistoria del enfrentamiento entre EY y Pontegadea
Es difícil imaginar que una factura de 120.000 euros y un ajuste de 46,7 millones, sobre un imperio inversor de 18.000 millones, pueda desencadenar un choque frontal en uno de los contratos de auditoría más importantes de España. Sin embargo, esto es lo que ha sucedido con Pontegadea GB, una de las tres divisiones del conglomerado empresarial de Amancio Ortega, y de la que dependen inversiones multimillonarias en el sector inmobiliario del Reino Unido.
Hace cuatro años, el fundador de Zara decidió dividir su imperio en tres grandes bloques. El principal es Pontegadea Inversiones, sociedad de la que depende el 50% de Inditex, además de Pontegadea Inmobiliaria y Pontel, entre otras. El segundo grupo es Partler 2006, que posee otro 10% de Inditex y Pontegadea Portugal. El tercer bloque es Pontegadea GB, una sociedad española propietaria de la inmobiliaria luxemburguesa Hills Place y de la británica Pontegadea UK.
Hasta hace dos años, Deloitte auditaba todas estas entidades. Sin embargo, dado que las sociedades cotizadas deben rotar de auditor, cuando llegó el momento de cambiar a Inditex en 2022, todas las compañías de Ortega optaron por EY. ¿El motivo? Pontegadea quería tener un único interlocutor para simplificar la operativa.
Ajuste de 46,7 millones
El conflicto surgió en el verano de 2023, cuando EY España tuvo que consolidar las cuentas de estas tres matrices, y Reino Unido no tenía listas las cuentas de Pontegadea UK correspondientes al ejercicio de 2022. Así, Pontegadea GB —la propietaria de Pontegadea UK— presentó sus cuentas en España basándose en lo que en el sector se conoce como un reporting package.
Ya entonces se señalaba un ajuste de valoración de los activos de 46,7 millones de libras, sobre una cartera inmobiliaria superior a los 2.500 millones de libras. Sin embargo, hubo que esperar hasta febrero de 2024 para que Pontegadea UK publicara sus cuentas de 2022, oficializando este ajuste.
La tensión siguió aumentando, y el verano siguiente, cuando llegó el momento de presentar las cuentas de 2023, la filial británica tampoco tenía lista la auditoría. En esta ocasión, Pontegadea GB no presentó el informe anual en España.
El conflicto se intensificó el 4 de octubre, cuando EY en Reino Unido envió una carta de renuncia a Pontegadea, alegando que, al tomar las riendas de la filial británica, descubrieron que era necesario hacer varios ajustes de valor, lo que generó discusiones con la sociedad. EY UK aseguró que este trabajo requirió una inversión de tiempo y dinero superior a lo previsto, con costes adicionales sobre los que seguía sin obtener respuesta cuando presentó su dimisión.
Inditex y Pontegadea Inversiones siguen con EY
Tres semanas después, EY también quedó fuera de Pontegadea GB y de Hills Place, la filial luxemburguesa propietaria de dos edificios en el pequeño país europeo. Se trata de un contrato menor en términos económicos. La auditoría de las tres sociedades rescisiones apenas ascendía a 120.000 euros, de los cuales la gran mayoría, unos 100.000 euros, correspondían a Pontegadea UK.
No obstante, estas cifras son aún menores si se comparan con los ingresos que genera para EY auditar el imperio de Amancio Ortega. Para ponerlo en perspectiva, basta con señalar los casi 8 millones de euros que supone solo la auditoría anual de Inditex, un contrato que la firma mantiene para el trienio 2022-2024, tras tomar el relevo de Deloitte.
Aunque aún no se ha aclarado qué tarifas adicionales está reclamando EY UK y con qué justificación (desde Pontegadea insisten en que nunca se les ha presentado una factura adicional), el importe final probablemente será insignificante comparado con los ingresos que genera la auditoría de Inditex.
El reto ahora para EY España es detener la onda expansiva del terremoto originado en Reino Unido y evitar que afecte su relación con el ecosistema de Inditex. Con los datos disponibles hasta ahora, nos encontramos ante una tormenta en un vaso de agua de 100.000 euros, pero con ese vaso dentro de un océano de millones