El escándalo de Errejón afecta al colaborador de laSexta, Antonio Maestre: «Se equivocan conmigo
La dimisión de Íñigo Errejón de la política institucional, solo un día después de las acusaciones de presunto acoso sexual por parte de varias mujeres, entre ellas la actriz y presentadora Elisa Mouliaá, ha desatado una auténtica tormenta que, además, ha puesto en el punto de mira a otros rostros conocidos, como Antonio Maestre, quien esta mañana ha emitido un comunicado en sus redes sociales anunciando que tomará acciones legales.
El escándalo protagonizado este jueves por el portavoz de Sumar llevó a varias usuarias a alertar en las redes sociales sobre la existencia de otros hombres del mundo de la política, la cultura y el periodismo a los que se debía señalar por tener comportamientos cuestionables hacia las mujeres. En este caso, al comunicador de 45 años se le acusa de acercarse a jóvenes de entre 18 y 20 años. Algunas de ellas compartieron en X capturas de pantalla de conversaciones.
"Entre hoy y los próximos días voy a presentar más de 20 querellas criminales. Ya tengo registrados legalmente los mensajes delictivos en X con egarante e iré informando conforme se presenten las querellas y contra quién", ha adelantado Maestre, que condena a quienes creen que "las redes sociales son un espacio de impunidad". "Conmigo se equivocan. Ayer hubo quien consideró que se pueden hacer todo tipo de acusaciones aprovechando una terrible noticia para saldar cuentas con quien no les cae bien o a quien se quiere apartar, ya que no lo han conseguido por otros medios, sabiendo que la información que manejo sobre organizaciones, partidos y sus miembros es delicada", ha advertido.
"Ayer se produjo una campaña de acoso contra mí en la que se cometieron varios delitos graves, entre ellos injurias, calumnias, atentado contra la intimidad, honor y la propia imagen, revelación de secretos, extorsión y chantaje. Algunos de ellos calificados con penas de muchos años de cárcel y no voy a tener piedad", ha comentado el tertuliano de laSexta. "Durante al menos cuatro años, por mi trabajo periodístico, he estado recibiendo este tipo de acciones delictivas contra mí. Solo que yo las dirimo en los juzgados como querellante y no en otros foros".
"No os voy a dejar pasar ni una. Quien crea que puede usar sus fobias y complejos personales para acusar de delitos de forma impune o manchar su propia imagen por un poco de atención irá ante unos tribunales y no lo pasará muy bien. No quedaréis impunes porque esto no es un juego", ha concluido.
Así se gestó la dimisión de Errejón, en terapia por su adicción al sexo.
Gracias a muchos anónimos en las redes sociales se pudieron conocer los indicios que llevaron a Sumar a iniciar las investigaciones capitaneadas por la propia Yolanda Díaz, pero fueron voces de Más Madrid las primeras en exigir la dimisión de Íñigo Errejón antes de que el tsunami de acusaciones de violencia y actitudes machistas que se avecinaban se hicieran públicas. La ministra de Sanidad y compañera de formación en Más País de Errejón, Mónica García, estuvo en el equipo de gestión de la crisis entre el lunes y el jueves, desde la denuncia sin nombres en el Instagram de Cristina Fallarás hasta la estrafalaria dimisión de Errejón. Pero el terror comienza a gestarse mucho antes: como mínimo, en junio de 2023, cuando el entonces diputado manoseó a una mujer en un concierto en Castellón de la Plana y luego trató de solucionarlo utilizando a una compañera de Más País como mediadora. Es decir, en el partido sabían lo que ocurría. También sabían del tratamiento por adicción al sexo y otras adicciones del portavoz parlamentario. En las formaciones niegan que tuvieran conocimiento previo, mientras que en privado varios dirigentes sostienen que no les ha sorprendido.
Errejón "llevaba tiempo en terapia por adicción al sexo", explican a este medio fuentes de Más País. Pero el tratamiento que seguía desde hacía meses "no funcionó", aseguran. Algunas versiones sostienen que Yolanda Díaz tenía noticias "desde hace tiempo" de la situación y de "algunos problemas" del portavoz de su partido. Es seguro que ya el martes llamó a Errejón y le pidió que dimitiera. El diputado aceptó, pero tardó 36 horas en llevar a cabo su confesión y lo hizo con medias tintas. Desde al menos el martes, en Sumar tenían la certeza de que las denuncias por acoso sexual contra él no eran mentiras de las redes sociales. Al contrario: sabían entonces que eran ciertas. Fue Lara Hernández quien se encargó de llamar por teléfono a Errejón. La secretaria de Organización de Sumar le preguntó sin rodeos si era él la persona mencionada en los testimonios anónimos que se habían hecho públicos en la cuenta de Instagram de Cristina Fallarás, en la que una mujer describía a un político madrileño como "un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un monstruo". Un monstruo que obligaba a sus parejas a prácticas sexuales vejatorias. Admitió que sí. Entonces Yolanda Díaz le exigió su salida.