
¿Está El Fin El Musical Que Necesitamos Para Enfrentar Nuestros Temores?
El cine ha encontrado un nuevo camino para abordar el apocalipsis y el drama existente en nuestra sociedad actual. Con el estreno de The End, el director Joshua Oppenheimer, famoso por sus documentales impactantes, nos lleva a un mundo distópico donde una familia de millonarios lidia con las consecuencias de un desastre ambiental. ¿Qué nos quiere transmitir este musical?

La historia gira en torno a una familia que sobrevive en un búnker aislada del mundo exterior tras un evento catastrófico que ha hecho inhabitable la Tierra. Aquí, Oppenheimer utiliza elementos de comedia negra para explorar profundas cuestiones sobre la culpa y el negacionismo. El Padre intenta justificar el pasado, mientras que el Hijo busca un sentido a su existencia en un entorno donde el lujo y la miseria cohabitan de manera grotesca.
A lo largo de la película, los personajes encuentran consuelo en la música, una práctica que puede parecer extraña en un mundo post-apocalíptico. Esta elección refuerza la idea de que, incluso en las peores circunstancias, la música puede servir como un mecanismo de defensa, una forma de lidiar con el dolor y la desesperanza.
Oppenheimer reflexiona sobre cómo el musical es una de las mejores representaciones del autoengaño, mostrando a personajes que intentan convencerse de que todo estará bien, a pesar de las evidencias en contrario. La película misma, aunque cargada de pesimismo, hace eco de las utopías trazadas por los millonarios que intentan escapar a un futuro que han contribuido a destruir.
Pero, a pesar de la crítica social profunda que realiza, The End también se presenta como un elogio al género musical. ¿Podría ser que este enfoque no solo nos maneje con sentimientos de tristeza, desilusión y melancolía, sino también de resistencia ante el caos? En este sentido, la crítica contemporánea a los musicales parece olvidar que la música puede ser un vehículo para expresar lo que las palabras no logran transmitir.

Alberto Mira, investigador, sugiere que el musical enfrenta las contradicciones de nuestra era, utilizando la música para resaltar la lucha de los personajes en un mundo que se desmorona. Tal como lo mencionó el director durante una entrevista, espera que su película incite a la reflexión: "Nos dirigimos hacia el abismo, y se nos acaba el tiempo para escapar de él".
En conclusión, The End no es solo una historia sobre el final del mundo, sino un llamado a darnos cuenta de nuestras responsabilidades como sociedad. ¿Estamos dispuestos a escuchar?
Te invitamos a dejar tus comentarios sobre esta proyección y tu opinión sobre cómo la música puede influir en nuestras percepciones de la realidad. ¿Crees que el musical puede ser un reflejo de nuestros miedos más profundos?