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La pesadilla de Mbappé en Anfield… y el penalti errado con 1-0

La pesadilla de Mbappé en Anfield… y el penalti errado con 1-0

Kylian Mbappé saltó al campo de Anfield sabiendo que regresaba a una posición que, no hace mucho, le permitió adueñarse del escenario mundial del fútbol. Su poderosa zancada y su imprevisibilidad a la hora de sacar un disparo desde cualquier situación le ayudaban a romper defensas con una facilidad poco común, y su calidad innata hacía el resto. Sin embargo, en su última temporada en el PSG, todo cambió y terminó siendo desplazado a una posición más centrada, que no le convencía del todo. En busca de la felicidad, el francés decidió llegar a Madrid para perseguir su sueño de ganar la Champions... pero allí se encontró con Vinicius, el jugador más determinante del momento, y tuvo que conformarse con aparecer esporádicamente en la banda del 7.

La lesión del brasileño abrió un camino hacia el olimpo blanco para Mbappé, pero con el paso de los minutos en Anfield, la puerta que terminaría tocando sería la del infierno. El crack francés vivió una auténtica pesadilla frente al Liverpool, la mejor defensa de la Premier, y terminó completando un partido que será difícil de olvidar. Y si antes de este partido el cuerpo técnico no tenía dudas sobre quién debía ser el dueño de la banda izquierda del Madrid, la actuación de Mbappé terminó de dictar sentencia. Errático en los pases, en los controles, y con una confianza tan baja que parecía casi imposible que algo le saliera bien. Lo intentó en todo momento, pero sin la audacia necesaria para hacerle siquiera cosquillas a un Bradley que firmaría en su cara el mejor tackle de su carrera.

Y es que cuando las cosas no quieren salir, aunque la lección diga que uno nunca debe rendirse, la cabeza acaba enviando señales letales al resto del cuerpo. Con la confianza por los suelos, Mbappé siguió intentándolo, porque es su trabajo, pero con la sensación de que no lo lograría. Y si uno actúa pensando que nada va a salir bien, la lógica indica que es imposible que algo funcione. Su primera pérdida casi termina en el 1-0, una ocasión que Asencio salvó en la línea de gol, y desde ahí, una cadena de desgracias y malas decisiones que alcanzaría su punto más alto en el minuto 62. Porque aunque no fue la noche de Kylian, el fútbol le dio una última oportunidad para redimirse, pero Kelleher, el mejor ‘parapenaltis’ en la historia del Liverpool, decidió que su entrada al infierno tenía billete de ida pero no de vuelta.

Ceballos filtró un balón perfecto que llegó a los pies de Lucas Vázquez, quien, a pesar de controlar mal el balón, reaccionó a tiempo para poner el pase cerca de Robertson, quien terminó metiendo el pie en el momento equivocado. El árbitro señaló el punto de penalti y Mbappé, sin mirar a nadie más que al balón, asumió la responsabilidad, una que, a pesar de los contratiempos de la noche, nunca dejó de lado. El 9 ejecutó el penalti sin convicción, como todas sus acciones durante el partido, y el resultado fue el mismo que todas las anteriores: balón a media altura, a la izquierda del portero, un sitio más conocido por ser favorable para el guardameta, quien solo tiene que adivinar el lado. Así fue, el portero Red, que ya ha superado a Reina como el guardameta ‘red’ con más penaltis detenidos, adivinó las intenciones del francés y evitó un gol que habría devuelto la esperanza al Madrid. Un 1-1 que nunca subió al marcador y que tardará en olvidarse tanto en la Casa Blanca como en la cabeza de Mbappé. Con 15 pérdidas en el partido, el francés abandonó el césped de Anfield sin querer saber nada de nadie, encomendándose al mensaje de Ancelotti en rueda de prensa: “Hay una medicina que es ser paciente. Es un momento complicado para él, especialmente tras fallar el penalti. Todos deben apoyarlo”.


¿Mbappé?
- mundodeportivo