
¿Puede Perera Mantener Su Racha Triunfal en el Coso de los Califas?
La Feria de Nuestra Señora de la Salud en Córdoba ha sido el escenario privilegiado donde Miguel Ángel Perera ha logrado un nuevo triunfo, cortando dos orejas en un festejo marcado por la falta de fuerza de los astados de la ganadería de El Pilar. Este evento, que atrae tanto a aficionados como a críticos, nos deja preguntándonos: ¿es el talento de Perera suficiente para brillar incluso en las circunstancias más adversas?

El evento del 24 de mayo de 2025 fue una primera corrida de abono que, a pesar de contar con poco público, ofreció momentos interesantes. Aunque los toros presentados por El Pilar mostraron una falta de movilidad notable, Perera se encargó de sacar lo mejor de la tarde. Con una estocada trasera que le valió la ovación del público, y otra perfecta que culminó en el corte de dos orejas, demostró por qué sigue siendo uno de los nombres más destacados en el panorama taurino.
Frente a un primer toro que escaseaba en dinamismo, Perera simplemente mantuvo la compostura y buscó la técnica para imprimir su estilo. Sin embargo, fue en su segundo toro donde realmente brilló, ejecutando una faena equilibrada, marcada por la elegancia y la maestría que lo caracteriza. "Faena poderosa y con rango", comentaron los críticos, reconociendo su esfuerzo en un ambiente enrarecido por el escaso aliento del público y la debilidad del ganado.

Borja Jiménez, que también se presentó con determinación, tuvo una tarde difícil con astados que no ofrecían muchas oportunidades. Su mejor momento llegó con un sexto toro que, aunque brindó algo de emoción, no suficiente para conseguir un resultado favorable en la entrada a matar. Jiménez, que buscó la gloria, encontró más frustraciones que éxitos, lo que resalta la desigualdad en el talento de los toreros presentes.
Por su parte, Emilio de Justo luchó sin suerte con dos toros que no colaboraron. A lo largo de su actuación, mostró buena voluntad y esfuerzo, pero se encontró con la decepcionante realidad de la falta de fuerza de sus oponentes. El momento en que uno de los toros derribó a un picador generó tensión en la plaza, pero no fue suficiente para alterar el curso de su actuación.

La jornada concluyó con Perera rodeado de aplausos, mientras los otros dos toreros se retiraban sin trofeos. La plaza de Los Califas, aunque desangelada, presenció el espectáculo y recordó a los presentes que el arte del toreo siempre tiene sus matices. La victoria de Perera no sólo es un reflejo de su destreza, sino también de la resiliencia que debe tener un torero ante un ganado que no siempre es favorable.
En resumen, la tarde en Córdoba nos dejó lecciones sobre la tenacidad, la técnica y la importancia del toro en la faena del torero. ¿Conseguirá Perera mantener esta racha triunfal en futuros festejos, o seguirá siendo la senda del desafío y la resistencia? Te invitamos a dejar tus comentarios y reflexiones sobre esta emocionante tradición.