
¿Qué Deja Detrás la Partida de Mariano Ozores, El Rey de la Comedia Española?
Este mes, la comunidad cinematográfica y muchos aficionados a la risa se encuentran de luto tras la muerte de Mariano Ozores, el aclamado director y guionista español que falleció a los 98 años en su hogar de Madrid. Con una carrera que abarcó más de cinco décadas, su legado en la comedia ligera dejó una huella imborrable en la historia del cine en España.
Nacido en 1923 en una familia de artistas, Mariano comenzó su carrera en el teatro desde muy joven, lo que le permitió entender las dinámicas del público y del entretenimiento. Su primera incursión en la dirección cinematográfica se produjo en 1957, y a partir de ahí, Ozores no miró atrás, convirtiéndose en el segundo director más prolífico del país con 96 películas a su haber.

A pesar de que la crítica no siempre fue favorable, Ozores entendió como pocos la esencia del entretenimiento. Su enfoque era claro: “Desde entonces me propuse hacer lo que el público quisiera ver, no lo que a mí me gustara”. Esta filosofía le permitió conectar con el público y lograr que sus películas acumularan 90 millones de espectadores. Entre sus obras más destacadas están Los bingueros y Yo hice a Roque III, films que se convirtieron en clásicos que definen una era.
Durante su carrera, trabajó con algunos de los actores más queridos del cine español, incluyendo a Alfredo Landa, Concha Velasco y los cómicos Fernando Esteso y Andrés Pajares. Su colaboración con Esteso y Pajares se destacó especialmente durante la Transición española, con películas que tocaban temas sociales de forma satírica y entretenida.
Un rasgo distintivo de su trabajo fue la habilidad para reflejar las inquietudes de la sociedad española, utilizando el humor como herramienta para abordar problemáticas como el divorcio y la ludopatía. La película Que gozada de divorcio se estrenó poco después de la aprobación de la Ley del divorcio en 1981, mostrando su agilidad para capturar el zeitgeist de la época.
El impacto de Ozores en el cine español fue tal que su muerte ha suscitado tributos no solo de cineastas, sino también de millones de aficionados, quienes lo recuerdan como un maestro del entretenimiento. “La risa es lo que nos separa de los animales”, afirmaba Mariano, y su legado lo confirma. La risa que él cultivó ha sido parte de la memoria colectiva de generaciones de españoles.

Su último gran reconocimiento llegó en 2016 con el Goya de Honor, un premio que, aunque tardío, reflejó el cariño y respeto que el público le tiene. ¿Qué nos enseña su vida y obra sobre la comedia en el cine? Este es un legado que seguirá llenando de risas a las futuras generaciones.
Mariano Ozores ha dejado una ventana abierta a la risa, un recordatorio de que, a veces, las situaciones más absurdas son las que más nos ayudan a sobrellevar la vida. Sin duda, su magia y su arte vivirán en cada carcajada que logre provocar a través de sus películas.